Cada vez que salgo de ver una película de Medem me pasa lo mismo: termino de convencerme de que esoy irremediablemente enamorado de ese hombre y de su capacidad para tatuar historias.
Quiero que me miren como mira Medem. Quiero que me mire él. Quiero ser vista como vemos a sus mujeres. Porque es un cineasta enamorado de lo femenino, siempre lo ha sido, pero en su último trabajo, la mujer es TODO, en este caso en la memoria de su hermana, muerta de forma trágica en un accidente que tuvo lugar mientras iba a la inauguración de su propia exposición... y yo, que me siento parte de ese TODO de la historia, con menos componente trágico, espero, sólo quiero que me acaricien los ojos masculinos de él. Vivir con y en la persona capaz de crear esos mundos infinitos que sólo mi Julio crea...
y mientras volvía a casa, aún tocada por la historia, segura y reglítica (para más inri), un gatito apareció de debajo de un coche muy cerca de mi casa y me maulló. Quería cariño y yo, como podéis imaginar, no se lo pude negar. Era negro y pequeñito y me siguió hasta casa. Yo le dí comida y le puse una silla al lado del ordenador para que durmiera cerquita de mí mientras yo escribía. Le quise llamar Medem, pero me pareció que no me recordaba al hombre de mi vida, así que se quedó con Manolito.
Manolito ronronea cuando está cerca y le gusta acurrucarse entre mi brazo y mi cintura cuando me tumbo a leer en el sofá. Y yo le bailo una canción de la banda sonora de Pulp Fiction, moviendo las caderas, mientras él juega con el cordon del cierre de mi pantalón.
Tiene un poco de blanco en la barriguilla y es la primera vez que tengo un gato (siempre fueron gatas). Ni todo es negro, ni todo femenino.
Medem y Manolito son mi masculino de hoy. A Manolito le gusta frotarse contra mi nariz y a Medem las narices grandes, como la de sus musas (Emma Suarez, Najwa Nimri, Manuela Vellés) y como la mía, jaja, !lástima que él no lo sepa!
2 comments:
pero algún día lo sabrá...
amen
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