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22.4.11

El cambio de discurso de los "creadores" y la amenaza implícita a la neutralidad de la Red

De un tiempo a esta parte, hemos empezado a notar un cambio de discurso en los "artistas" al hablar de la "piratería". Un cambio de discurso en el que los usuarios dejan de ser unos "ladrones" para convertirse en unas víctimas más, puesto que están pagando una cara conexión a un ADSL precísamente para poder acceder a contenidos audiovisuales y poder tener una buena calidad a la hora de gestionar archivos online (entre otras cosas). Es decir: los "internautas" no se bajan gratis los contenidos "protegidos", sino que pagan por ello, y los que realmente se están lucrando con esto son las compañías de teleco, por lo que son las telecos las que deberían pagar a los "creadores" y demás. Y de paso los buscadores.

Pudiera parecer una iluminación colectiva, una tendencia a dejar de criminalizar a sus seguidores por parte del colectivo de la industria cultural, pero yo creo que en este caso conviene ser malpensandos. Es cierto que la industria ha comprendido, por fin, que la confrontación con su público y su criminalización no es el camino para conseguir que la gente simpatice con su causa y decida pagar por cualquier actividad que requiera el uso y disfrute de un producto cultural, pero no parece haberlo comprendido por haber entrado en razón, sino porque su impopularidad (y las de las gestoras de derechos) sigue cayendo en picado y porque, lo más importante, han encontrado a un enemigo casi tan impopular como la SGAE contra el que dirigir sus exigencias: Telefónica (Movistar) y las grandes operadoras de telefonía.

Hace algo más de un año, cuando se lanzó a la opinión pública el debate sobre la neutralidad de la Red, planteando la necesidad, por parte de las telecos, de que Google compartiera parte de sus beneficios con ellas, como generadoras de contenidos y como responsables de las infraestructuras que hacen posible el funcionamiento del buscador, Teddy Bautista tardó muy poco en unirse a las voces que pedían dinero a Google. La fórmula es simple: Google, que gana mucho dinero porque la gente busca contenidos (no creados por él) a través del buscador, debe pagar un porcentaje a Telefónica y compañía, y éstas (las telecos) pagarán una parte a los artistas y demás integrantes de la industria cultural, como generadores de contenidos que son. Y de esos polvos, estos lodos.



Y uno puede pensar, de manera inocente, "oye, pues no me parece mal, que se paguen entre ellos y que nos dejen en paz". Pero no es tan simple. Nadie va a pagar por tus "pecados" excepto tú y otros como tú. Los artistas le pedirán dinero a las telecos, las telecos a Google y similares y, por supuesto, a ti. Los que quieran acceder sólo a su correo electrónico, pagarán una cuota, los que quieran tener opción a visualizar vídeos de Youtube, tendrán que pagar algo más, y los que quieran escuchar música y ver películas online, pagarán todavía más, por poner un ejemplo rápido.

De nuevo, uno puede pensar de manera inocente, "bueno, es lógico, quieres mejor conexión para acceder a contenidos más pesados, pues te cuesta más pasta". Pero no estamos hablando de más megas quieres más pagas. En este yo te pago, tú me pagas, habrá muchas webs y servicios que se queden fuera del juego. Por ejemplo, ¿qué pasaría si Google decide no pagar a Telefónica? Que telefónica torpedearía el acceso al buscador y tú puedes estar pagando 200 euros al mes de conexión, que la teleco tiene derecho a decidir dónde puedes entrar y dónde no, basándose en la defensa del derecho de un grupo de personas a percibir una retribución por un trabajo presuntamente suyo y sus propios intereses. Pero esto lo explica mucho mejor este vídeo:




La cuestión es, de nuevo, que las industrias varias en torno a la información y la cultura no soportan no tener el control sobre los canales, como sucedía en los tiempos en que los medios de comunicación de masas no estaban democratizados (antes de Internet). Controlando los canales, se controla la distribución, se distribuye lo que interesa y se pueden controlar los ingresos. Internet es neutral, y eso les perjudica, no sólo porque la gente se intercambie archivos con contenidos protegidos, sino porque la gente hace, vee y escucha lo que quiere, no lo que ellos quieren y eso es muy malo para el establishment de lo "comercial" y para los ingresos por publicidad. Acabar con la neutralidad de la Red será también acabar con la creación espontánea y la de cientos de miles de artistas tradicionalmente ignorados por una industria en la que no conviene incluir a mucha gente y que gracias a la Web han podido soñar con la autogestión. Será acabar con la libertad de elegir y una facilidad nunca antes vista para acceder a información y conocimiento. Acabar con la neutralidad de la Red será enterrar la herramienta más importante de nuestra generación, el núcleo de un mundo en el que lo natural es compartir y de una cultura solidaria que promete mejoras en muchos campos que van más allá de la industria cultural, mejoras muy necesarias.

Así que, ojo con afirmaciones como éstas, no perdamos de vista el debate real e importante, el recorte de derechos que supone limitar la navegación.