Secciones

Acerca de...

Sobre mí
Soy granadina en casi todos los sentidos y periodista cuando me dejan. Mi pasión, escribir, y cuento con el privilegio de vivir de ello (o por lo menos de una actividad relacionada con ello). Tengo la sensación de pertenecer a la última generación de periodistas que han encontrado trabajo al salir de la carrera, aunque en la actualidad me dedique a la comunicación y no a la información. Me he formado en CAMBIO16, EL MUNDO y Elmundo.es (además de en la Complutense de Madrid); he trabajado para EL MUNDO, EL MUNDO ALMERÍA (desaparecido) y (la también desaparecida) Soitu. Ahora me dedico a la comunicación en redes sociales, algo que desarrollo de la mano de la empresa catalana Cink, pero sin moverme de Granada. Así es como me he ido colando en lo 2.0 hasta que un día, al despertar, me dijeron que era community manager. Y supongo que así será hasta que digan lo contrario, o hasta que cambie de nombre, o...

Sobre el blog
En 2004 un amigo me regaló un blog cuando yo ni siquiera sabía lo que era eso. "La hora del té", mi primera bitácora, fue el lugar en el que volcar muchos momentos y un remedio para mi necesidad de escribir y compartir lo escrito. Tras su desaparición, llegó "No me salen las cuentas" que me ha acompañado en un recorrido de casi cuatro años en los que ha pasado de ser un espacio personal, a veces abandonado, a una ventana a mi actividad en la red, con la diferencia de que ahora vivo de ella (de la Red, no del blog)y un medio de experimentación para nuevos géneros. Disfruto investigando las nuevas opciones que ofrecen las herramientas de la web y, sobre todo, integrando diversos formatos en torno a una misma temática. Imagen, palabra escrita y música suelen ser los tres elementos clave.

En cualquier caso, para mí el blog es siempre el lugar donde vomitar y crear, donde experimentar, donde saciar la sed de escribir lo que no puedo escribir en ningún otro sitio y el "papel" donde poner en orden todo lo que me rodea, sin que ello me sirva para entender mejor nada de nada. Si además, alguien lo lee y lo disfruta, se convierte en un privilegio.